Hemos conocido, de fuentes de confianza, que militares colombianos de alto rango han visitado el país en los últimos meses con motivaciones hasta ahora desconocidas.
El general Mario Montoya, jefe del Ejército de Colombia, y acusado precisamente hoy mismo por un ex miembro de las Autodefensas Unidas de Colombia de haberle facilitado armas mientras comandaba la Cuarta Brigada del Ejército, visitó la República Dominicana recientemente, en una visita tan sorpresiva como misteriosa.
Vimos con sorpresa la condecoración recibida por el Secretario de Estado de las Fuerzas Armadas dominicanas, General Ramón A. Aquino García, por parte del Gobierno Colombiano el pasado 29 de junio, mientras concluía una visita “oficial” en aquel país.
El mundo entero conoce de lo que es capaz Álvaro Uribe Vélez, y los paramilitares que le acompañan, para imponer su paz de los cementerios y para intentar destruir una subversión enraizada por cuatro décadas en el corazón de Colombia.
Todos vimos los caudales de mentiras vertidas sobre el asesinato quirúrgico de Raúl Reyes, y la forma grotesca en la que acusó a los Gobiernos de Ecuador y de Venezuela de haber financiado a las FARC. Mostró emails, despotricó y buscó tribunales internacionales que de nada le sirvieron para legitimar sus infamias.
Queda fresco en la memoria, el show mediático con la “supercomputadora” y los informes de la Interpol. El General Naranjo de la Policía, hizo un papel tan ridículo, como el que hiciera Collin Powel en 2003 en las Naciones Unidas, intentando demostrar que Saddam Husein poseía armas de destrucción masiva.
La calaña criminal del Gobierno de Álvaro Uribe es mundialmente conocida. Sus vínculos con el narcotráfico, el paramilitarismo, y el Gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica son, no sólo evidentes, si no comprobados con denuncias, hechos y escándalos. Al día de hoy, 30 senadores uribistas están tras las rejas en Colombia por vínculos con los paramilitares; mientras, que la excanciller, María Cristina Araujo, y el jefe de inteligencia Jorge Nogeras del DAS, se vieron forzados a renunciar.
La alianza de Uribe Vélez con el narcotráfico no es nueva. Cuando fue director de la Aeronáutica Civil Colombiana entre 1980 y1982, facilitó al célebre Pablo Escobar, las licencias para la operación de aviones destinados al narcotráfico.
En su libro "Amando a Pablo, odiando a Escobar", la amante de Escobar, Virginia Vallejo, afirma, en la página 48, que “para poder tener pista propia y flota de aviones para transportar droga, el capo tiene al tipo clave en la Dirección de la Aeronáutica Civil, un muchacho joven hijo de uno de los primeros narcos (...) un tipo Uribe (sic) primo de los Ochoa (...) Álvaro Uribe, me parece".
La revista Newsweek, por su parte, publicó un artículo sobre una lista de la Defense Intelligence Agency (DIA) del 23 de septiembre de 1991, que es la principal agencia de información militar de los Estados Unidos, en la cual aparece el entonces senador Uribe, con el número 82, lista en la que también aparece Pablo Escobar Gaviria con el numero 79.
Alberto Uribe Sierra, padre del Presidente, estuvo vinculado también a la familia Ochoa, destacados miembros del Cartel de Medellín.
Tenemos constancia de que el gobierno de Colombia ha intentado iniciar una cacería de brujas en la cual intenta criminalizar la solidaridad que a nivel mundial se expresa con la insurgencia Colombiana.
Aquí comienza la trama de los matones de Uribe contra un destacado dirigente comunista dominicano, Narciso Isa Conde, reconocido por su solidaridad pública con los movimientos políticos y guerrilleros de Colombia y de todo el Continente.
Narciso es un hombre de una sola palabra, de una sola actitud. Toda su vida ha sido solidario con los pueblos en lucha, y ahora, en el siglo XXI, con pocas canas, pero sin muchos cabellos, sigue siéndolo.
Es una persona, por cuya honestidad y coherencia, se ha ganado un sitial de respeto en la sociedad dominicana.
No dudamos que las instancias realizadas por el Gobierno de Uribe, y el paramilitar Montoya, tengan las más peligrosas intenciones, y que comprometan la vida de Narciso.
Nos sorprende entonce la complicidad, el silencio y la “tolerancia” que han tenido las autoridades dominicanas con este peligro inminente.
El actual Gobierno de Colombia da para cualquier cosa, lo sabemos. Pero el Gobierno Dominicano debe tomar una posición al respecto. Debe desmantelar y castigar cualquier intentona que los matones del Sr. Uribe estén planteando.
Que se sepa que Narciso no está sólo.
A nombre mío, y de nuestra organización, LA MULTITUD, ponemos todos nuestros modestos esfuerzos y los sacrificios que sean necesarios, en solidaridad y defensa de Narciso, y de cualquier compañero amenazado.
Mister Uribe, si por si acaso ha olvidado el español, por su cercanía con el clan Bush, se lo explicaré en su inglés.
Mister Uribe, be careful, stop your criminals plans against narciso Isa Conde, in dominican republic, he is not alone.
Sr. Uribe: detenga a sus matones.
www.lamultitud.es.tl
