En primer, lugar sirvan mis palabras para reconocer a la Cinemateca Dominicana, por su interés en debatir y recordar este gran acontecimiento histórico protagonizado por los jóvenes franceses en 1968, y que nos convoca a rememorar y aprender de él.
Para “La Multitud”, la organización de jóvenes a la que pertenezco, es un gran honor poder contribuir a que este esfuerzo sea posible, tratando de recuperar la memoria que tanta falta nos hace como pueblo, y como humanidad.
Gracias a Narciso Isa Conde, un reconocido dirigente comunista, en aquellos tiempos Secretario General Del Partido Comunista Dominicano, y a Juan Miguel Pérez, joven intelectual, estudioso del tema; y que juntos podrán aportarnos un debate intergeneracional a la altura de este público.
Gracias a los teatristas y a los artistas del Graffiti por contribuir voluntariamente en esta causa de memoria y porvenir.
Hace precisamente 40 años que un incontenible maremoto, que comenzó en la Universidad de Nanterre, se propagó al Barrio Latino de París y se extendió a la velocidad de la luz por Francia y el mundo, consiguió evidenciar y resquebrajar los cimientos de la sociedad, la autoridad y las estructuras de poder.
¿Qué pasaba en aquellos años?: la Revolución Cubana triunfante, la heroica guerra por la liberación de Argelia, la resistencia de Ho Chi Mihn y de su pueblo, la ejemplar guerra patriótica dominicana de 1965 y la revolución cultural en China lanzaban una luz al mundo que vino a prender a inflamable pradera francesa que siempre se prende temprano.
Desde la Revolución de 1789, pasando por la Comuna de Paris de 1871, Hasta Mayo del 68, siempre Francia es un presentimiento.
Y ¿que pasa ahora?, el imperialismo y las guerras preventivas, los embates desesperados de un capitalismo salvaje y el hambre con sabor a gasolina, amenazan con destruir la humanidad. Pero también aparece en el firmamento un actor no invitado: Los pueblos de América Latina, los pueblos originarios, la insurgencia histórica, los migrantes, los pueblos oprimidos, comienzan a levantarse. (y que bueno que aquí está Narciso par compartir con nosotros sus experiencias históricas)
Y vuelve el fuego a Paris. Primero como una expresión de rebeldía ante la exclusión y la marginación hacia finales de 2005, y después como combate de los jóvenes y los estudiantes contra las políticas neoliberales de flexibilización laboral frente a las conquistas históricas de la clase obrera en 2006 y 2007. (Pero Juan Miguel nos hablará mejor de esto)
Parece que se vienen cambios importantes en el mundo. El germen de la vida en la humanidad parece comenzar a reaccionar frente a la muerte y al capitalismo.
Nosotros como “Multitud” aspiramos también a un Mayo, a un Abril, a un Febrero o a un Agosto. A un mes o a un año que signifique libertad sin limites, que transforme para siempre la mentalidad de nuestro pueblo, nuestro imaginario colectivo. Que nos dé esperanza para construir la patria que soñamos.
No para repetir lo acontecido, ni sólo recordarlo con melancolía. La historia no es para repetirla, ni llorarla, si no para aprender de ella, tomar en serio sus lecciones y utilizarla para el porvenir.
El Mayo que queremos, como aquél o como abril, es para generar una nueva conciencia y practicar la solidaridad. Para volver a fundar sobre bases humanas nuestro país, y nuestro mundo, derruidos por la inhumanidad del culto de la mercancía, y cuarenta años de tristezas.
«Lo importante es que se haya producido cuando todo el mundo lo creía impensable y, si ocurrió una vez, puede volver a ocurrir»,
Jean-Paul Sartre.
Gracias
Para “La Multitud”, la organización de jóvenes a la que pertenezco, es un gran honor poder contribuir a que este esfuerzo sea posible, tratando de recuperar la memoria que tanta falta nos hace como pueblo, y como humanidad.
Gracias a Narciso Isa Conde, un reconocido dirigente comunista, en aquellos tiempos Secretario General Del Partido Comunista Dominicano, y a Juan Miguel Pérez, joven intelectual, estudioso del tema; y que juntos podrán aportarnos un debate intergeneracional a la altura de este público.
Gracias a los teatristas y a los artistas del Graffiti por contribuir voluntariamente en esta causa de memoria y porvenir.
Hace precisamente 40 años que un incontenible maremoto, que comenzó en la Universidad de Nanterre, se propagó al Barrio Latino de París y se extendió a la velocidad de la luz por Francia y el mundo, consiguió evidenciar y resquebrajar los cimientos de la sociedad, la autoridad y las estructuras de poder.
¿Qué pasaba en aquellos años?: la Revolución Cubana triunfante, la heroica guerra por la liberación de Argelia, la resistencia de Ho Chi Mihn y de su pueblo, la ejemplar guerra patriótica dominicana de 1965 y la revolución cultural en China lanzaban una luz al mundo que vino a prender a inflamable pradera francesa que siempre se prende temprano.
Desde la Revolución de 1789, pasando por la Comuna de Paris de 1871, Hasta Mayo del 68, siempre Francia es un presentimiento.
Y ¿que pasa ahora?, el imperialismo y las guerras preventivas, los embates desesperados de un capitalismo salvaje y el hambre con sabor a gasolina, amenazan con destruir la humanidad. Pero también aparece en el firmamento un actor no invitado: Los pueblos de América Latina, los pueblos originarios, la insurgencia histórica, los migrantes, los pueblos oprimidos, comienzan a levantarse. (y que bueno que aquí está Narciso par compartir con nosotros sus experiencias históricas)
Y vuelve el fuego a Paris. Primero como una expresión de rebeldía ante la exclusión y la marginación hacia finales de 2005, y después como combate de los jóvenes y los estudiantes contra las políticas neoliberales de flexibilización laboral frente a las conquistas históricas de la clase obrera en 2006 y 2007. (Pero Juan Miguel nos hablará mejor de esto)
Parece que se vienen cambios importantes en el mundo. El germen de la vida en la humanidad parece comenzar a reaccionar frente a la muerte y al capitalismo.
Nosotros como “Multitud” aspiramos también a un Mayo, a un Abril, a un Febrero o a un Agosto. A un mes o a un año que signifique libertad sin limites, que transforme para siempre la mentalidad de nuestro pueblo, nuestro imaginario colectivo. Que nos dé esperanza para construir la patria que soñamos.
No para repetir lo acontecido, ni sólo recordarlo con melancolía. La historia no es para repetirla, ni llorarla, si no para aprender de ella, tomar en serio sus lecciones y utilizarla para el porvenir.
El Mayo que queremos, como aquél o como abril, es para generar una nueva conciencia y practicar la solidaridad. Para volver a fundar sobre bases humanas nuestro país, y nuestro mundo, derruidos por la inhumanidad del culto de la mercancía, y cuarenta años de tristezas.
«Lo importante es que se haya producido cuando todo el mundo lo creía impensable y, si ocurrió una vez, puede volver a ocurrir»,
Jean-Paul Sartre.
Gracias
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Al conversatorio intergeneracional entre Juan Miguel Pérez, Narciso Isa Conde, y H. Galván (moderador), asistieron más de un centenar de personas sobre todas jóvenes, y fue acompañado de un “performance” de los actores Jonathan Liriano y Raquel Ovalles, y un graffiti alegórico de los artistas jóvenes de las paredes “Diomedes” y “Edisón”.
La Multitud agradece a todos/as los que hicieron posible este significativo y emotivo acto y a los que con su presencia lo honraron.
Mayor información en www.lamultitud.es.tl
Espere más adelante más y mejores fotos.
La Multitud agradece a todos/as los que hicieron posible este significativo y emotivo acto y a los que con su presencia lo honraron.
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